Banderas de El Provencio
El Provencio
Ayuntamiento de España
El Provencio
Localización de El Provencio en España.
El Provencio
Localización de El Provencio en la provincia de Cuenca.
País España
• Com. autónoma Castilla-La Mácula
• Provincia Cuenca
• Región La Mácula
Localización 39°22?37?N 2°34?27?OCoordenadas: 39°22?37?N 2°34?27?O
• Altitud setecientos msnm
Superficie ciento uno con quince km²
Población dos mil quinientos veintiseis hab. (dos mil quince)
• Densidad veinticinco con quince hab./km²
Gentilicio Provenciano, -a
Apartado de correos dieciseis mil seiscientos setenta
Regidor (dos mil quince) Julián Barchín Flores (Partido Popular)
El Provencio es un ayuntamiento de España de la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mácula. Tiene una superficie de ciento uno con quince km² con una población de dos.526 habitantes (Instituto Nacional de Estadística dos mil quince) y una densidad de veinticinco con quince hab/km².
Símbolos
El escudo heráldico que representa al ayuntamiento fue aprobado el once de septiembre de mil novecientos noventa y uno. Su blasón es el siguiente:
«Las armas de EL PROVENCIO se blasonan como sigue: de plata, un zapato jaquelado de oro y sable; la bordura de gules cargada de escudetes de plata con banda de sable. El escudo va timbrado con la corona real española».
Diario Oficial de Castilla-La Mácula n.º setenta y uno de dieciocho de septiembre de mil novecientos noventa y uno
Situación
El Provencio es el segundo ayuntamiento más meridional de la provincia de Cuenca, tras San Clemente, y limita con la provincia de Albacete y está muy cerca de la de Urbe Real. La carretera que lo atraviesa es la Nacional trescientos uno la capital española – Cartagena. El Provencio se halla a ciento veinticinco km de Cuenca.
Por El Provencio se pueden ver los cauces de los ríos Záncara, Rus, como del riachuelo del Charcón a los que se unen gran cantidad de aguas subterráneas que hacen del mismo un sitio de paso obligado para diferentes aves migratorias.
El Provencio se halla ubicado a ochenta y uno km al sur de la capital provincial, en la región natural de la Mácula conquense, al lado de la carretera N-trescientos uno. La economía local se fundamenta en la agricultura (ajos, girasol, trigo, hortalizas y frutales) y en la ganadería (lanar, porcina y avícola).
Como rincón Natural esencial, se puede resaltar el Monte Jareño, que contrasta con el paisaje manchego, exultante de viñas, en frente de los enormes pinos de este sitio.
El río Záncara, el primordial de los que atraviesa la población, presenta un cauce considerablemente más bajo que años atrás, por eso la pesca que ofrece se haya reducido al mínimo.
Historia
Más por tradición que por datos históricos fieles, se ubica a El Provencio en la vieja «Venta del Pro», sitio de confluencia de múltiples veredas que bajaban de Cuenca con un camino real que desde Toledo y la villa de Madrid partía para Levante. Este sitio, cruce de caminos, tenía exuberancia de aguas subterráneas a poca profundidad, y fue parada forzosa de caravanas que, desde acá marchaban a La Roda y Chinchilla de Monte-Aragón. El Provencio debe su nombre a la palabra latina Provincius.
Este pueblo, como tal, históricamente, fue fundado por el Infante don Juan Manuel de Castilla y de Saboya (mil doscientos ochenta y cuatro – mil trescientos cuarenta y ocho), conforme nos cuentan las relaciones de Felipe II.
Este hecho sucedió cuando este ilustre escritor y noble era señor de Alarcón. A este belicoso personaje, nieto, primo, tío y padre de reyes, solo le faltaba coronarse igualmente. Esto no le hacía falta, fue dirija, adelantado de Murcia, príncipe, duque, y su poder fue igualado por su ambición. Su nombre infundía terror en Castilla, mas aparte de ser conocido por su nobleza y por su afición a las letras, era conocido por su violencia y salvajes venganzas. Con sus vasallos siempre y en todo momento fue diferente, fue paternalista y considerado, si bien no enclenque, se encargó de finalizar la repoblación de sus dominios emprendida por sus progenitores, trajo colonos, dio comodidades para el asentamiento y llegó a repartir sus tierras entre los vecinos de ciertos pueblos.
Los Manuel, padre y también hijo, fueron los autores de sus estados y autores de su poblamiento y unificación progresiva. Ello dio sitio a que fuesen obedecidos con gusto por sus vasallos.
Dados los datos precedentes, es lógico meditar que El Provencio fuera fundado por el mentado Infante, como ya se ha indicado, y que fuera poblado por gentes provenientes de Aragón y de la Provenza francesa, en aquel momento parte miembro de Aragón, e inclusive que de estos se derive el nombre del pueblo. En la forma de ser y de actuar de él es natural, y más estando vinculado a este reino por el casamiento con su segunda esposa, hija de Jaime II de Aragón.
El Provencio es uno de tantos pueblos que formaban una parte de la Mácula de Montearagón. Esta zona – tapón estaba ubicada entre la Mácula de las órdenes militares y los pueblos del Adelantado de Murcia.
Don Alfonso de Aragón, noble aragonés de alcurnia real, llegó a ser por este reino conde de Denia, conde de Ribagorza, duque de Gandía y aspirante al trono de este reino por el Compromiso de Caspe. Por merced de Enrique II de Castilla, fue nombrado primer Marqués de Villena. Llegó a ser príncipe Condestable castellano.
Don Alfonso, al conseguir este marquesado, confió al gobierno de él a su familiar y maestresala mayor don Luis Sánchez de Calatayud, a quien, como merced donó en mil trescientos setenta y dos el señorío de El Provencio. De él nace el trono de la casa de los señores de esta villa, cuyo apellido Calatayud desciende por su parte de Sancho Engloba o bien Zapata, rey de Navarra.
Ciertos señores de este pueblo ostentaron, además de esto, los próximos títulos: señor de Calatayud, conde del Real, conde de Vilamonte, conde-duque de Lécera y recientemente, duque de Villahermosa.
Los Calatayud, señores de El Provencio y condes del Real, como sus ramas, tienen el próximo escudo: un campo de plata, una calza o bien zapata jaquelada de oro y sable (negro), y bordura de gules, colorado, con 8 escudetes de plata con una banda de sable. La bordura la traen por estirpe Jobia, con el que entroncaron. Es lógico meditar que este escudo, de las dos casas, lo que cambia en él es solo la corona.
En El Provencio existía una fortaleza vieja. En mil quinientos setenta y ocho se estaba derrumbando.
La iglesia es de mampostería bien labrada y tiene 3 naves. Su estilo es del final del gótico árabe y inicios del Renacimiento. Mide cuarenta metros de largo por diecinueve de ancho. No se puede especificar con precisión la data de su inicio debido a que falta el primer libro de factoría del fichero parroquial. La primera misa se afirmó en el mes de mayo de mil quinientos ochenta y tres.
En ella trabajaron los maestros de cantería Juan Albiz, Juan de Ocollo y Juan de Orca. La grúa la hizo Domingo Aranguren. Costó cincuenta y 3 y seiscientos veintidos maravedís.
La torre se empezó a hacer en mil seiscientos veintidos. Su remate tiene forma piramidal. Se hizo en mil setecientos sesenta y ocho y quedó en falso. Se volvió a hacer en mil setecientos setenta y seis. Entre los años mil setecientos noventa y dos y mil ochocientos cincuenta y cuatro se hicieron en él buenas composturas, obras todas y cada una que nos señalan el excesivo importe de ellas.
En mil seiscientos treinta y siete se empezaron las cúpulas, se adjudicaron en favor de Francisco del Campo, profesor mayor de obras de este Obispado. Se acabaron en mil seiscientos cuarenta. Los anules fueron construidos en Villarrobledo.
Su altar mayor tuvo en un comienzo once gradas o bien peldaños. Los señores de esta villa tuvieron en ella enterramiento propio, túmulo funerario y lugar insigne. En la columna cercana a la puerta del norte se lee «Juan García Valdivieso, montañés 1640».
En lo que se refiere a los puentes que atraviesan el río Záncara, resalta el que se ubica en la presente Avenida de la Libertad, fechado en mil setecientos ochenta y nueve (si bien estudios recientes apuntan que la data real es la de mil setecientos ochenta y dos). Los arcos están hechos de ladrillo, al tiempo que las fundamentas de los ojos, como la barandilla, son de piedra.
Sobre los arcos se puede observar por donde discurre el nivel de la calle, en tanto que viene marcado por un bordillo saliente, todo de piedra. Sobre ese bordillo se asienta la barandilla que resguarda de las posibles caídas al río.
Como puede verse, paralelo al cauce del río discurre el camino del Záncara. Este camino une este puente con el llamado puente del Rey, próximo a la Plaza de Toros.
En todo el ayuntamiento, y en muchas de sus calles, se conserva en las casas la arquitectura manchega, tanto en sus testeras, como en su interior.
En lo que se refiere a las testeras, los cintos de color obscuro y el encalado del resto, va unido a los balcones de la parte superior y a las puertas y «portadas» de las caballerizas de la parte inferior. Ciertas preservan la cámara, con «ventanillas» por donde puede pasar una sutil luz solar. Son dignas de mencionarse las rejas que se preservan en ciertas casas. Ciertas mismas cuentan aún con la «piquera», sitio por donde se entraba la paja a la cámara para su almacenaje.
Las casas de Juan Jareño y de Antonio García Plaza preservan en su interior bodegas manchegas.
En lo que se refiere a la estructura interna hay que decir que se estructuran en 2 partes, que tienen mucho que ver con las 2 entradas: una para la vivienda; otra para el patio. En el pasado, una dependencia daba acceso a las próximas, cosa que no ocurre en nuestros días, al haber un corredor que sirve de columna vertebradora de las habitaciones.
La residencia primordial se halla en la planta baja, al paso que en la alta se halla la cámara. Esta planta alta ha derivado en muchas construcciones más modernas en la parte destinada a las habitaciones.
Otro género de construcciones son las aldeas o bien casas de tarea, ubicadas en el campo. En ellas se pueden distinguir 2 géneros de entradas, la primordial y la del carruaje, al tiempo que las ventanas son pequeñas con rejas de escaso valor. Son casas de una sola planta.
Como arquitectura industrial existen restos de molinos hidráulicos, al lado del río Záncara, en estado de deterioro.