Banderas de El Picazo
El Picazo
Ayuntamiento de España
Bandera
El Picazo
Localización de El Picazo en España.
El Picazo
Localización de El Picazo en la provincia de Cuenca.
País España
• Com. autónoma Castilla-La Mácula
• Provincia Cuenca
• Región La Manchuela
Localización 39°26?48?N 2°05?20?OCoordenadas: 39°26?48?N 2°05?20?O
• Altitud seiscientos noventa y ocho msnm
• Distancias noventa y dos km a Cuenca
setenta y cuatro km a Albacete
Superficie veinticuatro con nueve km²
Población setecientos diez hab. (dos mil quince)
• Densidad veintiocho con treinta y nueve hab./km²
Gentilicio picaceño, -ña
Regidor (dos mil siete) Joaquín Saiz Escudero
Sitio Municipio de El Picazo
El Picazo es un ayuntamiento de España de la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mácula, situado a riberas del río Júcar.
Tiene una población de setecientos diez habitantes (dos mil quince). Está ubicado a veinticinco km de Motilla del Palancar (a cuyo partido judicial pertenece), a una altura de seiscientos noventa y ocho msnm. Se ubica en la región de La Manchuela (perteneciendo a la Asociación de Desarrollo Integral de la Manchuela conquense). Se halla a noventa y dos km de la capital provincial, Cuenca. El ayuntamiento tiene una extensión total de veinticuatro con nueve km².
Economía
Las primordiales actividades económicas del ayuntamiento se centran en la agricultura (resaltando los productos hortícolas, el cereal, el olivar, la parra y los frutales) y ganadería (primordialmente ovina).
Hay que tener en consideración asimismo la central eléctrica en el embalse de El Picazo, y la actividad comercial y hostelera del ayuntamiento.
Toponimia
Origen
Trifón Muñoz Soliva en mil ochocientos sesenta y seis, en su “Historia de Cuenca” (Tomo I pág. sesenta y tres) da una curiosa etimología del nombre Picazo: “Sale de la palabra egipcio-fenicia pica, lluvia. Los helenos le agregaron zoe, vida o bien zoom animal.” De esta manera el nombre «»Picazo»» significaría «»lluvia vital o bien pueblo rebosante en lluvias y animales»». No obstante, dicha etimología es discutida al no ser probable que la primitiva población de esta zona haya tenido mucha relación con egipcios ni fenicios.
El nombre de Picazo, conforme otra teoría, derivaría por un lado de la raíz pic- proveniente del ibérico pike, que significa “cuesta o bien pendiente”; y por otra del sufijo –azo (igual que –acho y –ayo) deriva del latín -aceus, -acea, en sentido aumentativo o bien despectivo. Los dos designan la “cumbre aguda de una montaña”, o sea, la cima de un cerro o bien montaña. Con este sentido aparecen distintos lugares durante toda la geografía de España. De esta manera aparece el pico Picacho en Talayuelas (Cuenca) el monte El Picazo y el caserío de El Picazo en Huerta de la Obispalía (Cuenca); Picacho, aldea y faro en Huelva; pico Picacho en Sevilla; pico Picato en Lugo; monte Picayo en Valencia, cerca de Sagunto; pico Picazo en Soria; Picazo, pueblo en la ciudad de Guadalajara. Todos son lugares altos o bien ubicados en alturas. No obstante, dicha teoría se encuentra con la realidad de que el pueblo está ubicado en un val, y no en una montaña. Se afirma, entonces, que seguramente el origen del pueblo se halla en un sitio diferente mas próximo, tal y como el cerro de Santa Quiteria.
Otra versión del significado del nombre «»Picazo»» es que derivase del empleo de esta palabra para designar un corte seco hecho con un pico o bien herramienta afín, que deja una señal en la superficie en forma de «»V»», algo que puede tener cierta lógica debido a que el pueblo se halla metido en la tierra, en una zona desgastada por el río Júcar y arriba quedan Sisante y Rubielos Bajos, dejando a El Picazo en un val con forma de «»V»».
Evolución
Desde los primeros documentos medievales se nombra la localidad como Picaço o bien el Picaço y ya, desde el s. XVIII, cuando se actualiza la ortografía, empieza a llamarse Picazo y el Picazo.
En mil ochocientos treinta y nueve en el Folleto Oficial de la Provincia de Cuenca aparece con el nombre de Picazo de Alarcón. Desde dicho año salvo el año mil ochocientos cuarenta y cuatro que se le llama El Picazo, solo se usa el nombre de Picazo.
Los sellos oficiales del Municipio y Juzgado de Paz lo llaman Picazo hasta principios del siglo veinte. Desde mil novecientos diez se le añadió el artículo El en los documentos oficiales.
Frecuentemente ha sido asimismo llamado El Picazo como «»El Picazo del Júcar»», aunque jamás ha sido usado dicho nombre en documentos oficiales ni por el Municipio ni por el Juzgado de El Picazo, ni tampoco por la administración oficial de la provincia de Cuenca. Probablemente dicho nombre se deba a una costumbre para distinguirlo de otros pueblos con exactamente el mismo nombre, primordialmente el de la provincia de la ciudad de Guadalajara, o bien quizá por asociación con el resto de los pueblos de la margen del Júcar que emplean ese agregado: Olivares del Júcar, Valverde del Júcar, Villalgordo del Júcar, Alcalá del Júcar …
La primera vez que aparece ese nombre en un documento oficial es en una comunicación recibida del Municipio de Campo de Criptana sobre quintas en el año mil novecientos diecisiete. En los años siguientes aparece en múltiples comunicaciones de los Municipios de Pozo Seco (mil novecientos dieciocho), Casasimarro (mil novecientos diecinueve), la capital de España (mil novecientos veinte y mil novecientos veintidos), Almodóvar del Pinar (mil novecientos veintitres), Valencia (mil novecientos veinticuatro) y Manzanares (mil novecientos veinticuatro). Siempre y cuando ha aparecido dicho nombre lo ha hecho en comunicaciones dirigidas al Municipio de El Picazo, mas jamás en ningún documento que haya salido del Municipio.
Por otro lado, el añadido del artículo «»El»» al nombre tradicional del pueblo («»Picazo»») se debería a la costumbre poner artículo a los nombres de pueblos. De esta forma, hay pueblos de la zona que, a pesar de no agregar a su nombre dicho artículo, es usual oírlos decir con artículo: el Campillo, la Motilla, el Quintanar, las Casas de Benítez, …
Historia
Orígenes
Los primeros restos de población que se conocen en la zona son los de un poblado celtibérico hallados en el cerro de Santa Quiteria (hoy día en término de Tébar). Los pueblos asentados en esta zona fueron romanizados a lo largo del s. II antes de Cristo y seguramente, la primitiva población asentada en el poblado del cerro, al avanzar la colonización romana y desaparecer la necesidad de resguardarse de ataques contrincantes, fue abandonando el emplazamiento primitivo en la altura del cerro y fue bajando siguiendo la ribera de la Rambla de Tébar (que en la antigüedad sería un arroyo con agua la mayoría del año) hasta establecerse claramente en la ribera del río Júcar, durante la calzada romana, dejando descuidado el poblado de Santa Quiteria.
De dicha temporada está documentada la existencia de una vía romana secundaria que, partiendo del puente romano de El Picazo en Alarcón, llegaba hasta Chinchilla (donde se unía con la vía que partiendo de Complutum (Alcalá de Henares) llegaba hasta Carthago Nova (Cartagena), siguiendo los presentes caminos de Alarcón y de La Loseta. La población se fue estableciendo por esas datas a lo largo del camino y dando origen al actual pueblo.
Desde los primeros documentos que aparecen, se describen diferentes casas de campo habitadas entre Santa Quiteria y el emplazamiento del pueblo actual (La Veguilla, Calvillos, Casa de Cardos…).
La llegada de los árabes
Con la llegada de los árabes empieza el desarrollo del núcleo de población y su asentamiento terminante en la ribera del río Júcar. Aunque no quedan restos de aquella temporada, sí que ha pervivido su recuerdo en la cultura y forma de vida de El Picazo.
De esta temporada procede la historia de leyenda del peñasco de la Encantada, promontorio existente al norte del término municipal que, conforme dicha historia legendaria, está habitado por una mora encantada que todos los años, el día de san Juan, baja a la ribera del río a peinar sus pelos.
De esa cultura procede diferentes prácticas tradicionales en el pueblo, como la manera de matar los pollos, desangrándolos ya antes de comerlos, según dicta la costumbre islámica, y diferentes técnicas de cultivo y construcción, especialmente las presas y molinos en el río. Una de sus aportaciones primordiales fue el sistema de riego. Para esto, fabricaron una azuda en el río, que asociada a una noria y aprovechando la fuerza de la corriente, elevaba el agua a través de cangilones o bien arcaduces y dejaba su distribución por medio de las balsas y canalizaciones a toda la huerta. Este ingenio hidráulico fue un factor esencial en la vida de El Picazo a lo largo de siglos y su sistema de riego ha pervivido precisamente igual hasta el último tercio del siglo veinte, siendo reemplazado por la instalación de motores y riego por aspersión.
El Picazo tras la Reconquista cristiana
La historia de El Picazo va unida a Alarcón como aldea suya hasta el siglo XVII y como sitio dependiente de Alarcón hasta bien entrado el siglo XIX, cuando adquiere la categoría de villa.
Alarcón fue conquistada claramente por D. Hernán Martínez de Cevallos representando a Alfonso VIII en mil ciento ochenta y cuatro. La villa de Alarcón, en el momento en que pasó claramente a manos cristianas, fue reconstruida y poblada por gran afluencia de nobles. El rey Alfonso VIII, dada la relevancia de Alarcón como punto estratégico de defensa de la frontera sur contra los moriscos, aumentó sus defensas, la repobló y le dio un fuero propio. El Picazo, dada la proximidad debió ser una de las primeras aldeas de Alarcón, bien por donación real o bien por haber sido poblada por vecinos de Alarcón en su término.
En el reparto de moneda de mil cuatrocientos veinte aparece Picazo como aldea de Alarcón. («»Alarcón y sus aldeas Vadenebro, Villanueva, Picaço, Olmedilla, Valfermoso, Pozo Seco, Tébar, Gascas y Villalba»»). Nuevamente aparece la aldea de Picazo en el reparto de moneda acordado en las Cortes el quince de octubre de mil cuatrocientos treinta y tres para la guerra contra los moriscos.
En el siglo XV, el señorío de Alarcón, y con él El Picazo, pasó a poder de Don Juan Pacheco, primer marqués de Villena. Este era dueño de prácticamente toda La Mácula, una parte de Andalucía y Murcia, y sus posesiones se extendían desde Cuenca hasta Almería. A la muerte de Enrique IV, el marqués de Villena tomó partido por Dª. Juana la Beltraneja empezando las guerras entre el marquesado y los Reyes Católicos. La guerra comenzó en mil cuatrocientos setenta y cinco con la rebelión de Alcaraz.
Los reyes invitaron a todas y cada una de las villas y lugares del marquesado a separarse de la obediencia del marqués y a tomar las armas en favor de la Corona de Castilla. Las primordiales villas del marquesado, cansadas del progresivo cambio de dueño, se fueron rebelando contra el marqués y tomando partido por los Reyes Católicos. Los reyes demandaban la entrega de las fortalezas, que acostumbraban a ser derruidas ahora para eludir nuevas sublevaciones. Razón por la que han desaparecido la mayor parte de los castillos de La Mácula. Cansadas de la guerra las dos partes, se alcanzó un acuerdo que puso fin a las luchas, por el que el marqués preservaba las villas que le proseguían siendo fieles y perdía el resto en favor de los Reyes Católicos.