Banderas de Castillo de Garcimuñoz
Castillo de Garcimuñoz
Ayuntamiento de España
Bandera
Vista de la localidad y el castillo
Castillo de Garcimuñoz
Localización de Castillo de Garcimuñoz en España.
Castillo de Garcimuñoz
Localización de Castillo de Garcimuñoz en la provincia de Cuenca.
País España
• Com. autónoma Castilla-La Mácula
• Provincia Cuenca
• Región La Mácula Alta
• Partido judicial San Clemente
Localización 39°39?37?N 2°22?48?OCoordenadas: 39°39?37?N 2°22?48?O
• Altitud novecientos quince msnm
Superficie ochenta y 2 con veintiuno km²
Población ciento cincuenta y siete hab. (dos mil quince)
• Densidad uno con noventa y ocho hab./km²
Gentilicio Castilleros/as
Apartado de correos dieciseis mil seiscientos veintitres
Pref. telefónico novecientos sesenta y nueve
Regidor (dos mil quince) Francisco Javier Lavase Fernández
Castillo de Garcimuñoz es un ayuntamiento de España, ubicado en la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mácula. Tiene una superficie de ochenta y 2 con veintiuno km² con una población de ciento cincuenta y siete habitantes (Instituto Nacional de Estadística dos mil quince) y una densidad de uno con noventa y ocho hab/km².
Geografía
Situación
El ayuntamiento pertenece a la provincia de Cuenca, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mácula, España. Su término municipal limita por el Norte con La Almarcha y Olivares de Júcar; por el Este con Valverde de Júcar, Torrubia del Castillo y Honrubia; por el Sur con Pinarejo, Honrubia y una parte de Torrubia del Castillo y por el Oeste con Villar de la Encina.
Hasta el siglo XVII tenía bajo su jurisdicción las aldeas de Pinarejo, La Nava, Torrubia del Castillo, Don Benito, Ucero, Villafranca, La Almarcha y La Puebla. Con La Almarcha en mil seiscientos ochenta y siete empezó la emancipación que después siguió Pinarejo (mil setecientos sesenta y cinco) y Torrubia, el resto de las aldeas acabaron desapareciendo.
Historia
El Castillo de Garcimuñoz está ubicado en un sitio elevado a un quilómetro del punto larguísimo ciento cincuenta y seis de la autovía del Este A3. Pascual Madoz afirma en su Diccionario geográfico estadístico histórico que en tiempos de los romanos se llamó Segar, mas no aporta ningún testimonio que lo justifique.
En el periodo de ocupación musulmana este sitio pasó a llamarse Al-Borch Hamal y parece que en mil ciento setenta y dos estaba ocupado por los cristianos cuando las tropas almohades del sultán Abú Yaqúb Yusúf, que se dirigían cara la urbe de Huete, lo tomaron por sorpresa, mataron a sus hombres y esclavizaron a mujeres y pequeños.
Los musulmanes crearon un sistema protector, en lo que más tarde se llamó La Mácula de Montearagón, a través de la construcción de pequeñas torres protectoras o bien alcázares, y probablemente acá hubiese una de ellas (mas esto solo puede saberse a través de excavaciones arqueológicas). En el año dos mil ocho Joaquín Parerisas efectuó una excavación en el castillo de don Juan Manuel, que yace bajo el que edificó don Juan Pacheco, mas los resultados conseguidos (una moneda del rey Pedro I, 2 juegos de alquerque, porcelana valenciana, unas tuberías de agua y las paredes de piedra y yeso de una alcázar cristiano) no aportan datos novedosos.
En mil ciento setenta y siete, el rey Alfonso VIII conquista la urbe de Cuenca. Un par de años después probablemente asimismo conquiste este emplazamiento musulmán, tras la toma de Zafra de Záncara (mil ciento setenta y nueve). El castillo tomó entonces el nombre del caballero, García Muñoz, que acompañaba al rey y que confirma 3 de sus documentos (uno en mil ciento sesenta y siete y 2 en mil ciento setenta y nueve). García Muñoz hubo de ser nombrado alcaide del Castillo y encargado de su repoblación, de acá que a la población, en adelante, se le denomine Castillo de Garcimuñoz. La repoblación de Alfonso VIII se efectuó con gentes procedentes de Extremadura y Burgos. Más tarde, en mil ciento ochenta y cuatro Alfonso VIII tomó Alarcón a cuyo alfóz perteneció Castillo de Garcimuñoz a lo largo de ciento treinta y ocho años.
Alfonso X el Sabio nombra a su hermano, el infante Don Manuel, Adelantado Mayor de Murcia y le da el señorío de Villena en sus comienzos formado por tierras de Alicante y Murcia. De esta forma brota un señorío particular, llamado señorío de Villena, cuyos territorios en tiempos de su hijo don Juan Manuel acabarán siendo tan grandes como un reino. Aurelio Pretel estima que este señorío es un apanage, puesto que si no hay heredero varón debe regresar a la Corona.
La cita castellana más vieja procede del libro de cuentas y gastos del rey de castilla Sancho IV en el que cita las aldeas en las que se recoge dinero para abonar a los caballeros que tenían que acompañar en mil doscientos noventa y cuatro a don Juan Manuel a la tierra de Murcia y se señala que Castillo de Garcimuñoz pagó mil trescientos treinta y tres maravedís el catorce de noviembre de mil doscientos noventa y cuatro.
La integración de Castillo de Garcimuñoz al señorío se generó al tiempo que Alarcón a cuyo alfoz pertenecía. Al fallecer en mil doscientos noventa y cinco Sancho IV, tutor de don Juan Manuel, se renueva la lucha entre los reinos de Castilla y Aragón por la posesión de Murcia. En mil doscientos noventa y seis el rey de Aragón Jaime II empieza la guerra y conquista ciertas plazas de don Juan Manuel: Alicante, Elda, Novelda, Aspe, Crevillente, Callosa, Guardamar y Elche entre otras muchas plazas situadas en la provincia de Alicante.
Don Juan Manuel demandó como perjudicado a la reina dirija doña María de Molina que se le concediese en compensación Alarcón y su tierra compuesta por sesenta y dos aldeas, objetivo que consigue por privilegio concedido en Cuellar (veintiseis-tres-mil doscientos noventa y siete) y que se confirma denifinitivamente con el tratado de Torrellas en mil trescientos cuatro.
Don Juan Manuel habitó una gran parte de su vida en el alcázar de Castillo de Garcimuñoz, en cuya torre tenía sus tesoros, conforme su testamento y fue acá donde escribió una gran parte de su obra literaria. En Garcimuñoz es muy posible que, en mil trescientos dieciseis, naciese su hija Constanza (esposa de Pedro I de Portugal), que murió en Santarem (trece-once-mil trescientos cuarenta y cinco), a los veintinueve años de edad, de puerperio a los poquitos días tras haber iluminado a su hijo Fernando, que sería rey de Portugal con el nombre de Fernando I.
El tres de octubre de mil trescientos veintidos, don Juan Manuel exoneró a la aldea de la jurisdicción de Alarcón y la declaró villa independiente.
En estos instantes el señorío de Villena tiene 4 núcleos importantes: Alarcón, Chinchilla, Villena y Castillo de Garcimuñoz, desde los que don Juan Manuel lanzará ofensivas contra la Corona, puesto que Alfonso XI había rechazado a su hija Constanza con la que se había comprometido a desposar y la sostenía presa en el castillo de Toro. Alfonso XI logra romper las coaliciones con Aragón y ataca el señorío desde Cuenca y Murcia. Don Juan Manuel se reconcilia con el rey, merced a la intercesión de su suegro, el rey Jaime II de Aragón, mas nuevamente declaró la guerra al rey Alfonso XI hasta el momento en que este le devolvió a su hija Constanza (mil trescientos veintinueve). Más tarde, el maestre de la ciudad de Santiago, Vasco Rodríguez Coronado, cercó a don Juan Manuel en Castillo de Garcimuñoz (mil trescientos treinta y seis) a fin de que no consiguiera sacar de él a su hija Constanza (prometida del príncipe Pedro) y llevarla a Portugal, mas el matrimonio se festejó por poderes en Castillo de Garcimuñoz (veintiocho-tres-mil trescientos treinta y seis) y por último en Lisboa (veinticuatro-ocho-mil trescientos treinta y nueve).
En mil trescientos cuarenta y ocho muere Don Juan Manuel y le sucede su hijo Don Fernando, que muere en mil trescientos cincuenta y uno, seguramente envenenado. El señorío lo hereda su hija Blanca siendo una pequeña, con lo que este queda bajo la tutela del caballero don Íñigo López de Orozco. Doña Blanca muere en Sevilla en la corte de Pedro I el Atroz (mil trescientos sesenta), seguramente envenenada, a fin de que el marquesado regrese a la corona.
Doña Juana Manuel, otra hija de don Juan Manuel, casada con Enrique de Trastamara, demanda sus derechos al marquesado. Por este y otros motivos se desencadena la guerra entre los hermanastros Pedro I y Enrique de Trastamara. Terminada la guerra civil, don Enrique concedió el marquesado de su esposa a don Alfonso de Aragón (Burgos, cinco-dos-mil trescientos sesenta y siete) para retribuirle por los servicios prestados a lo largo de la batalla, en tanto que cayó preso en la batalla de Nájera combatiendo en favor de don Enrique.
Desde la subida al trono de Enrique II, el Castillo va a ir pasando de la Corona a la nobleza consecutivamente hasta mil cuatrocientos treinta y seis, año en que no pasa a la corona castellana, sino más bien al del rey de Navarra, Juan I. Dicho rey consigue un compromiso marital entre su hija, la infanta Blanca, y el príncipe heredero de Castilla, el futuro Enrique IV. En la dote se incluye el marquesado de Villena hasta la celebración de la boda, que tendría sitio tras 4 años, Garcimuñoz y otras villas habían de ser administradas por el rey de Navarra, mas Alarcón se negó a ello con lo que el territorio se administró desde Garcimuñoz, sitio de vivienda del gobernante del mismo mosén Diego Fajardo.
Más tarde, el rey dona la villa de Garcimuñoz a don Rodrigo de Villandrando, conde de Ribadeo, como agradecimiento por sus servicios, si bien este jamás va a llegar a tomar posesión de la villa pese a sus continuas reclamaciones.
En mil cuatrocientos cuarenta y cinco la situación política era difícil. Ciertos nobles no admitían ni la autoridad del rey ni la de su valido, Don Álvaro de Luna. Poquito a poco va surgiendo la figura de don Juan Pacheco, que tiene una enorme repercusión sobre el príncipe. Tras la batalla de Olmedo (diecinueve-cinco-mil cuatrocientos cuarenta y cinco) contra los infantes de Aragón, en compensación por sus servicios y merced a la intercesión del príncipe Enrique, Juan II le nombra marqués de Villena (doce-nueve-mil cuatrocientos cuarenta y cinco). Don Juan Pacheco, poco a poco va adquiriendo un sinnúmero de tierras y villas, (unas por donación de la Corona, otras por permuta y otras por adquiere) hasta conseguir recomponer el viejo señorío de Villena de don Juan Manuel.En mil cuatrocientos cuarenta y nueve el rey Juan II le permuta los castillos de Chinchilla y Garcimuñoz por la plaza de la ciudad de Medellín, con lo que el marqués consolida sus dominios, pues los dos castillos están estratégicamente ubicados en el señorío de Villena.
Don Juan Pacheco edificó una nueva fortaleza en Garci Muñoz (mil cuatrocientos cincuenta y seis), sobre el viejo alcázar de yeso de don Juan Manuel. Tras la monda que se hizo del camposanto que se situó allá (mil novecientos setenta y seis), aún se puede querer la planta baja del mentado alcázar de don Juan Manuel que pronto va a ser visitable.
El hijo de don Juan Pacheco, Diego López Pacheco, se puso a la cabeza de la oposición a la subida al trono de Isabel la Católica, al lado del arzobispo de Toledo Don Alfonso Moflete. En esta guerra sucesoria tras la muerte de Enrique IV juegan un papel esencial las villas de Belmonte, Alarcón y Castillo de Garcimuñoz, que eran el último refugio del marquesado de Villena, tras caer Almansa, Chinchilla y la mayor parte de las villas del marquesado de Villena. Los reyes mandaron a Jorge Manrique y a Pedro Ruiz de Alarcón como capitanes de las Fraternidades de Toledo, y a Pedro Fajardo, Adelantado de Murcia, a conquistarlas. Combatiendo contra las fuerzas del capitán del marqués don Pedro de Baeza, Jorge Manrique fue herido por una lanzada que le dieron bajo los riñones, al cruzar un ribazo, a 3 quilómetros del castillo de Garcimuñoz en el camino de la Nava. Enterado del evento, don Diego López Pacheco, haciendo gala de su espíritu caballeresco, le mandó sus propio cirujanos, (mase Rodrigo y Mastre Lorencio) mas Jorge Manrique, murió poco después (veinticuatro-cuatro-mil cuatrocientos setenta y nueve) en la próxima villa de Santa María del Campo Rus, donde tenía instalado su campamento y fue sepultado en Uclés al lado de su padre, el maestre de la orden de la ciudad de Santiago, Rodrigo Manrique.
El 1 de marzo de mil cuatrocientos ochenta firma en Belmonte la segunda concordia con los Reyes Católicos. Con esto acaba la batalla y asimismo la relevancia guerrera del Castillo de Garcimuñoz. El patrimonio de Don Diego López Pacheco padecerá una esencial mengua en su señorío, mas Alarcón, Belmonte, Garcimuñoz, Alcalá de Júcar, Jorquera y otras villas le prosiguen perteneciendo.