Descripción
Bandera de Benamejí disponible en tejido Poliéster 100%, microperforado, de varias medidas desde 015×025 cm a 150×300 cm y de alta calidad. Especialmente indicada para utilización exterior.
Si no encuentra la bandera que busca en nuestro catálogo, háganoslo saber y se la intentaremos encontrar. También se pueden personalizar las banderas existentes, o bien enviar diseños propios. Consúltenos presupuesto.

* El diseño definitivo puede diferir ligeramente del mostrado en la imagen. Las banderas se suministran sin mástil.
Banderas de Benamejí
Benamejí
Ayuntamiento de España
Bandera
Iglesia parroquial de Benamejí
Benamejí
Localización de Benamejí en España.
Benamejí
Localización de Benamejí en la provincia de Córdoba.
País España
• Com. autónoma Andalucía
• Provincia Córdoba
• Región Subbética cordobesa
• Partido judicial Lucena
Localización 37°16?02?N 4°32?24?OCoordenadas: 37°16?02?N 4°32?24?O
• Altitud cuatrocientos noventa y siete msnm
• Distancia noventa y dos km a Córdoba
Superficie cincuenta y tres con treinta y cinco km²
Población cinco mil sesenta hab. (dos mil quince)
• Densidad noventa y seis con tres hab./km²
Gentilicio Benamejijense, benamejicense
Distrito postal catorce mil novecientos diez
Regidor Carmen Lara Estepa (Partido Socialista)
Sitio www.benameji.es/
Benamejí es un ayuntamiento de España de la provincia de Córdoba, Andalucía. En el año dos mil cinco contaba con cinco.030 habitantes. Su extensión superficial es de cincuenta y cuatro km² y tiene una densidad de noventa y tres con uno hab/km². Sus coordenadas geográficas son 37º 16′ N, 4º 32′ O bien. Se halla ubicada a una altitud de cuatrocientos noventa y siete metros y a noventa y dos quilómetros de la capital de provincia, Córdoba.
Geografía
Próximo a las riberas del río Genil, y enmarcado en la Subbética Cordobesa. Sus habitantes se llaman benamejijenses.
Historia
Visita a Benamejí del rey Felipe V
El rey Felipe V, en un programa de conocimiento del país, decidió en mil setecientos veintinueve trasladarse a Sevilla con su corte. A lo largo de esta estancia temporal, que duraría 4 años, efectuó diferentes desplazamientos por Andalucía. En ese tiempo viajó a Cádiz y Granada. En esos viajes se desplazaban todos y cada uno de los cortesanos, los militares de la Guarda Real y funcionarios de la administración real que efectuaban de antemano al paso de la comitiva los trabajos precisos para asegurar que el traslado, el alojamiento y la conservación fuesen adecuados.
Las crónicas cuentan que a fines de mayo de mil setecientos treinta un ingeniero de carreteras se halla en Benamejí inspeccionando los trabajos de arreglo del camino entre Archidona y Benamejí, preparándolo para el paso de la comitiva real. En razón de sus atribuciones conforme con las Órdenes Reales dictadas al efecto de cara al desarrollo del viaje, pide al ayuntamiento de Lucena la ayuda de personal para realizar los urgentes trabajos de preparación del camino, cuyo estado ofrecía graves faltas. La población de Encinas Reales, que por aquel entonces pertenecía a Lucena, es la responsable de facilitar el personal preciso, un plantel compuesto por unas trescientas personas de diferentes oficios dotadas de sus pertinentes picos, zapas y demás herramientas precisas. Tras un forcejeo sobre el pago de los jornales generados, que al final son pagados por el Concejo de Lucena, el dos de junio el camino se halla en las condiciones precisas para el paso de los carruajes de la comitiva.
Los hombres dedicados al arreglo del camino hasta Benamejí deben seguir su trabajo en el tramo entre Benamejí y Aguilar puesto que asimismo estaba en mal estado. Por último el día cinco de junio el camino se halla en las condiciones pedidas. Por otra parte el corregidor de Benamejí, Don Antonio José Gabaldán, el treinta y uno de mayo, frente a la inminente llegada de la comitiva real, solicita ayuda a Lucena y pide le entreguen urgente trescientos fanegas de harina de trigo para atender a los miembros de la citada comitiva, puesto que conforme una orden real se manda que los pueblos del recorrido provean de alimentos y alojamiento a los viajantes, cortesanos, administrativos, soldados y demás personajes de la comitiva.
La comitiva, que había salido el seis de junio, pasa el día siete y el ocho en Benamejí. El ocho, día del Corpus, por la tarde salieron de Benamejí con destino cara Aguilar. Posiblemente en la mañana de aquel día asistiesen a la preceptiva misa y procesión del Corpus en el pueblo tras haber pernoctado en el Palacio del Marqués. Los gastos de arreglo de los caminos del término que ascendían a mil quinientos reales y que habían sido abonados por el Concejo de Lucena, por último fueron abonados a Lucena por Benamejí, obligado por sentencia del Consejo de Castilla de mil setecientos treinta y uno.
Benamejí en la guerra de la Independencia
La literatura histórica sobre el bandolerismo ha usado a Benamejí como un punto esencial de actuación en el siglo XIX. El paso por el puente para franquear el río, en el camino de Córdoba a Málaga, y su ambiente entre colinas facilitaban las cosas para tender emboscadas.
En la guerra de Independencia (mil ochocientos ocho-mil ochocientos catorce), las cuadrillas de Juan de Campos y Pedro Regidor operaron por los contornos de Benamejí y Encinas Reales, alternando la acción guerrillera de hostigamiento a los franceses con la rapiña y hurtos en la zona. Otra de las cuadrillas que operaba de igual modo allá era la de Pedro Pena, apodado el Sotana, que actuaba desde Benamejí con 8 o bien diez criminales escapados de los presidios. Una tercera partida existente fue la de Francisco Joven, el Bolsero. El dos de junio de mil ochocientos once, en las cercanías de Benamejí, Pedro Regidor concentra a las partidas de la zona consiguiendo reunir, conforme afirman, a unos mil doscientos hombres con los que realiza un hostigamiento a las tropas francesas del Mayor Robin. El combate se salda con trescientos fallecidos, un sin fin de heridos y la estampida de los españoles. Pedro Regidor Heredia, un viejo bracero que había natural de Los Villares, es apresado y trasladado a Jaén, donde procuran colgarlo, mas al no contar con de verdugo, deciden fusilarlo y más tarde colgar el cadáver del patíbulo. Estas y otras acciones en las que facilitaron el cobijo y el paso de las diferentes partidas de los guerrilleros que operaban en la zona, provocó que los franceses multaran a la población, conforme consta en los escritos de la temporada.