Banderas de Báguena
Báguena
Ayuntamiento de España
Bandera
Báguena
Localización de Báguena en España.
Báguena
Localización de Báguena en la provincia de Teruel.
País España
• Com. autónoma Aragón
• Provincia Teruel
• Región Jiloca
• Partido judicial Calamocha
Localización 41°02?27?N 1°21?25?OCoordenadas: 41°02?27?N 1°21?25?O
• Altitud setecientos noventa y tres msnm
• Distancias noventa y cuatro km a Zaragoza
diecisiete.2 km a Calamocha
ochenta y nueve.9 km a Teruel
diez.3 km a Daroca
Superficie veinticinco,17 km²
Fundación siglo XII
Población trescientos veintisiete hab. (dos mil quince)
• Densidad trece,39 hab./km²
Gentilicio Baguenense
Apartado de correos cuarenta y 4 mil trescientos veinte
Regidor (dos mil once) Jesús Sanz Sánchez (Partido Socialista-Aragón)
Patrón San Blas
Sitio Municipio
Báguena es un ayuntamiento y población de España, perteneciente a la Región del Jiloca, al nordoeste de la provincia de Teruel, comunidad autónoma de Aragón a ochenta y nueve,9 km de Teruel, y a una altitud de setecientos noventa y tres metros sobre el nivel del mar. Tiene una superficie de veinticinco,17 km² que se reparte en mil setecientos ochenta y ocho hectáreas de superficie cultivada, de las que doscientos setenta y ocho hectáreas son de regadío, quince hectáreas de prados y ciento setenta y uno hectáreas de superficie forestal. Tiene una población de cuatrocientos cuarenta y dos habitantes (Instituto Nacional de Estadística dos mil ocho) y una densidad de diecisiete,56 hab/km². El apartado de correos es cuarenta y 4 mil trescientos veinte.
Historia
El topónimo Báguena
En un comienzo su nombre se escribía con v. Vaguena. Proveniente del adjetivo latino vacuus, vacío, desocupado, desierto, que al castellanizarse perdió la terminación del acusativo del que salieron los nombres y adjetivos, preservando la consonante muda suave inicial, “v,” y la “a” tónica, mientras que la consonante muda fuerte “c”, en razón de la ley de debilitación se cambió en su pertinente suave “g” al encontrarse entre 2 vocales. De esta manera se tendría:
Vacuum > vacu > vagu, más el sufijo “ena”, muy habitual en Aragón, y de significado ignoto.
En el siglo XVIII, empezaron las dudas entre las grafías “v” y “b”, hasta el momento en que en el XIX se impuso la “b”. Báguena.
Sus orígenes
Los primeros moradores se establecieron en el tercer cuarto del siglo XII.
En el año mil ciento cuarenta y dos, Ramón Berenguer IV, en un nuevo intento de repoblar Daroca y su extenso alfoz le concedió un fuero de población, transformándola en “señora” de su término con plenos poderes jurisdiccionales y fiscales sobre él y los núcleos habitados ya existentes.
El concejo de Daroca era quien repartía los lotes de tierra a los que venían a establecerse en tierras vacías de su dominio. Los nuevos asentamientos eran considerados distritos de Daroca, y adscritos a una de sus parroquias.
La primera mención de su nombre se encuentra, en el año mil doscientos cinco, en el documento en que el prelados de Zaragoza, D. Raimundo de Castrocol, distribuía los diezmos y primicias de los lugares entre las parroquias de Daroca. Báguena lo fue a la de Santa María.
La Comunidad de Aldeas de Daroca
En el año mil doscientos cuarenta y ocho, por privilegio de Jaime I, las villas y lugares se desvincularon de la dependencia de Daroca, y se vertebraron en una organización superior con la creación de la Comunidad de Aldeas de Daroca. A pesar de llevar su nombre, Daroca no formaba una parte de la Comunidad, y esta festejaba sus plegas sin representantes de ella y también, aun, con la prohibición expresa de festejarlas allá.
Las villas y lugares que formaron la Comunidad, se reunieron en 5 distritos menores, llamados sesmas, cada una de ellas compuesta por núcleos variables de población. Báguena formaba una parte de la Sesma del Campo de Gallocanta, que la componían Anento, Báguena, Balconchán, Hermoso, Castejón de Tornos, Ferreruela, Gallocanta, Manchones, Murero, Odón, Retascón, San Martín del Río, Santed, Torralba de los Sisones, Used, Val de San Martín, Valdehorna, Villanueva del Jiloca y Vilarroya del Campo.
Órgano de gobierno del pueblo
En un primer instante, los lugares estuvieron regidos por 5 hombres buenos o bien hombres honrados conforme disponían las primeras Ordenanzas de la Comunidad. Transcurrido un tiempo y la creciente dificultad de los servicios y posibilidades asumidos por la naciente administración concejil, esta pasó a estar formada por los Jurados 1.º y dos.º, un procurador, encargado de las finanzas, y un número variable de Oficiales, conforme su población.
El desempeño de estos cargos estaba limitado a un año. Su renovación tenía sitio el día de San Miguel, el veintinueve de septiembre. Para su nominación, por insaculación, era preciso estar anotado, por lo menos, en la regla de medio postero. Estaban excluidos para el desempeño de estos cargos los pertenecientes al estamento noble y los que ejercitaran ciertos oficios considerados como viles: herrero, zapatero, sastre, tejedor, pelaire, carpintero, dependiente, carretero, carnicero, esquilador, hornero, albéitar, mesonero y adulero.
Desde los Decretos de Nueva Planta, tras la Guerra de Sucesión, el concejo cambió su denominación por la de Municipio, y a ser regido por el Regidor, Teniente regidor, 2 Regidores y el Síndico Procurador. En el siglo XIX, pasó a serlo con los cargos y nombres que se conocen hoy: Regidor, Teniente regidor y Concejales.
Demografía
Siglo veinte
Evolución de la población a lo largo del siglo:
Año mil novecientos mil novecientos diez mil novecientos veinte mil novecientos treinta mil novecientos cuarenta mil novecientos cincuenta mil novecientos sesenta mil novecientos setenta mil novecientos ochenta mil novecientos noventa dos mil uno
Habitantes mil cuatrocientos veinte mil cuatrocientos dos mil cuatrocientos treinta mil cuatrocientos setenta y cuatro mil quinientos veintiseis mil quinientos veintitres mil trescientos veintiocho mil sesenta setecientos setenta y tres seiscientos veinticuatro cuatrocientos sesenta y tres
Siglo veintiuno
A ocho de julio del año dos mil cinco, la población de distribuía por edades y sexo, así:
Edades 0-nueve diez-diecinueve veinte-veintinueve treinta-treinta y nueve cuarenta-cuarenta y nueve cincuenta-cincuenta y nueve sesenta-sesenta y nueve setenta-setenta y nueve ochenta-ochenta y nueve noventa-cien TOTAL
Varones cuatro siete veintitres cuarenta treinta y uno veintiseis veinticinco sesenta quince 0 doscientos treinta y uno
Mujeres once seis diecisiete trece diecisiete veinte veintisiete cuarenta y cinco treinta y dos siete ciento noventa y cinco
Total quince trece cuarenta cincuenta y tres cuarenta y ocho cuarenta y seis cincuenta y dos ciento cinco cuarenta y siete siete cuatrocientos veintiseis
Política local
Últimos alcaldes de Báguena
Periodo Regidor Partido
mil novecientos setenta y nueve-mil novecientos ochenta y tres Francisco Naval Pardillos UCD
mil novecientos ochenta y tres-mil novecientos ochenta y siete
mil novecientos ochenta y siete-mil novecientos noventa y uno
mil novecientos noventa y uno-mil novecientos noventa y cinco
mil novecientos noventa y cinco-mil novecientos noventa y nueve
mil novecientos noventa y nueve-dos mil tres
dos mil tres-dos mil siete Luis Pelado Partido Popular de Aragón
dos mil siete-dos mil once Jesús Sanz Sánchez Partido Socialista Obrero Español-Aragón
dos mil once-dos mil quince Jesús Sanz Sánchez Partido Socialista-Aragón
Resultados electorales
Elecciones municipales
Partido dos mil tres dos mil siete dos mil once dos mil quince
Partido Socialista Obrero Español dos cuatro cuatro dos
Partido Popular cuatro dos dos dos
PAR 1 1 1 dos
CHA – – 1
Total siete siete siete siete
La iglesia
La parroquia
Desde el instante que los lugares quedaron libres de la tutela de Daroca, formaron su parroquia, regida por un rector o bien sacerdote, nombrado por el prelados de Zaragoza, y a quien confiaba la cura de ánimas. Mas podía acontecer que por privilegio de la Santa Sede quedase unida la parroquia a una Comunidad religiosa, en tal caso la propia Comunidad religiosa era el sacerdote, percibiendo esta los diezmos y primicias, y quien nombraba al Vicario para ejercer todos y cada uno de los deberes religiosos propios de los sacerdotes. Tal sucedió con la parroquia de Báguena.
El año mil trescientos noventa y ocho, el Real Monasterio de Ntra. Señora de Piedra rogó al papa Benedicto XIII que uniera la parroquia de Báguena a su monasterio, puesto que se había estropeado tanto sus frutos, rentas y provechos que apenas alcanzaban para sostener correctamente al Abad y Monges, Súplica que apoyó el rey de Aragón D. Martín. Y por bula de mil trescientos noventa y ocho, Benedicto XIII la unió al Real Monasterio de Piedra, hasta el momento en que en el año mil ochocientos treinta y cinco las leyes desamortizadoras terminaron con la vida monástica siendo vendido en pública subasta.
La iglesia de Santa María
En el año mil cuatrocientos tres, el Concejo, frente al incremento demográfico del pueblo, resolvió acometer la construcción de una nueva iglesia de mayores dimensiones que la existente a los muros de la fortaleza. Su construcción fue encargada a Pascual de Exulve, vecino de Villahermosa, de la baronía de Arenisco del reino de Valencia.
En el siglo XVII se amplió y remodeló totalmente. Se recrecieron sus muros, se cerraron los vanos abriéndose los presentes por sobre los existentes, y se pusieron potentes contrafuertes, quedando en la manera actual.
En su interior hay dieciséis retablos barrocos del siglo XVIII y 2, precedentes. El de San Blas y el del Santurrón Cristo. Esta imagen fue cincelada en el año mil seiscientos seis por el escultor Pedro Martínez el Viejo. El retablo, por el renombrado escultor de Barrachina, Francisco Ascoz, en la década de los setenta de este siglo. Este retablo oculta otro, pintado a pincel en la pared en el que se puede leer SAN JUDAS TADEO.
El Altar Mayor se edificó en el año mil ochocientos tres.
En el año mil seiscientos seis, el insigne organero, Guillaume de Lupe, edificó el órgano de la iglesia, el día de hoy estropeado y descuidado.
La torre
La torre, de estilo mudéjar, es una preciosa muestra de este arte en el val del Jiloca. El Concejo firmó, en el año mil seiscientos nueve, las capitulaciones para levantarla con el constructor Pedro de Aguilera, natural de Caiçaso, de la merindad de Transvieda del reino de Castilla la Vieja. Su costo ascendió a 15 mil salarios jaqueses.
Ermita de San Valentín
La primera mención escrita que se tiene de ella, es una bula del arzobispo de Zaragoza, D. García Fernández de Heredia del año mil trescientos noventa y ocho.
El culto a San Valentín y las procesiones a la ermita para implorar del Beato el cese de epidemias o bien la gracia de la lluvia estaban con fuerza enraizados en el pueblo. Su festividad se festejaba con fogatas, ronda por el pueblo y bailes.
En el año mil quinientos cuarenta y uno se creó en ella la Cofradía de Ntra. Sra. del Rosario, con su altar privilegiado bajo su advocación. La componían únicamente 25 cofrades. Todos de alcurnia noble, cristianos viejos por los 4 costados y que no desempeñaran oficio alguno considerado como despreciable, conforme consta en sus estatutos de fundación. Festejaban en ella 15 misas solemnes en festividades señaladas en devoción y memoria de los 15 misterios del rosario. Además, las misas de aniversario de los cofrades fallecidos.
En el año mil quinientos noventa y ocho, asimismo se creó en ella la Cofradía de la Sangre de Ntro. Señor Jesucristo, erigiendo la capilla del Beato Cristo.
Ermita de Nuestra Señora de los Dolores
La devoción de los vecinos del Distrito Bajo y ciertos del Distrito Alto la levantaron con sus aportaciones. Su solemne inauguración tuvo sitio el 1 de marzo de mil setecientos dieciocho.
Convento de San Valentín
En el año mil seiscientos doce, la Comunidad de Aldeas de Daroca decidió fundar un convento de monjas a fin de que ingresasen en él las hijas de la Comunidad. Báguena fue el pueblo preferido donde levantarlo. Báguena ofreció el terreno, y la ermita de San Valentín para la iglesia conventual. Y la Orden de las Clarisas Franciscanas la escogida. En la segunda mitad del siglo XVII había en él hasta ciento treinta hermanas profesas. Durante su existencia, 68 lo fueron de Báguena.
El año dos mil tres se cerró por carencia de vocaciones y la avanzada edad de las diez hermanas que a esa data eran. Se trasladaron al convento de Santa Catalina que la Orden tiene en Zaragoza.