Banderas de Alcorisa
Alcorisa
Ayuntamiento de España
Bandera
Panorámica de Alcorisa.
Alcorisa
Localización de Alcorisa en España.
Alcorisa
Localización de Alcorisa en la provincia de Teruel.
País España
• Com. autónoma Aragón
• Provincia Teruel
• Región Bajo Aragón
• Partido judicial Alcañiz
Localización 40°53?32?N 0°22?53?OCoordenadas: 40°53?32?N 0°22?53?O
• Altitud seiscientos treinta y dos msnm
• Distancias ciento trece km a Teruel
ciento dieciocho km a Zaragoza
trescientos cuarenta y seis km a la capital de España
Superficie ciento veintiuno con veinte km²
Población tres mil trescientos setenta y cuatro hab. (dos mil quince)
• Densidad veintiocho con treinta y tres hab./km²
Gentilicio Alcorisano, na
Distrito postal cuarenta y cuatro mil quinientos cincuenta
Alcade (dos mil once) Julia Vicente Lapuente (Partido Socialista Obrero Español-Aragón)
Sitio Municipio
Alcorisa es un ayuntamiento de la provincia de Teruel en Aragón, España. Cuenta con tres cuatrocientos treinta y tres habitantes (Instituto Nacional de Estadística dos mil catorce) y tiene una extensión de ciento veintiuno con veinte km². Entiende la entidad de población de La Vega.
Situación y tiempo
Alcorisa se ubica a seiscientos treinta y dos msnm en la parte nororiental de la provincia de Teruel, en el extremo oeste de la histórica región del Bajo Aragón. Del mismo modo pertenece a la presente región oficial del Bajo Aragón con capital en Alcañiz, que se halla a treinta y tres km. Encrucijada de caminos, equidista más o menos ciento veinte km de Zaragoza, Teruel y la costa mediterránea, cuya repercusión se deja sentir en el paisaje que le rodea.
Está ubicada al pie de monte ibérico, peldaño cara las tierras altas del centro y sur de la provincia de Teruel. El río Guadalopillo, afluente del Guadalope, discurre encajonado en la plataforma calcárea por medio de hoyas terciarias excavadas. La mezcla de sierras calizas y hoyas arcillosas, donde los estratos que todavía asoman forman un rosario de difíciles montículos, es el componente esencial del suelo alcorisano.
Su temperatura media anual es de doce con seis °C y tiene una precipitación anual de quinientos diez mm.
Flora
El olivo es el árbol simbólico de la zona. Los nuevos cultivos han borrado prácticamente en su totalidad las viejas viñas y los almendros han reemplazado parcialmente a los olivares. En la zona de vega, los cultivos de huerta se mezclan con choperas. En los altos pueden encontrarse pequeños bosques de pinos mediterráneos. Asimismo hay enebros y restos de viejos encinares, así como sinfín de arbustos y plantas aromatizadas.
Prehistoria y también historia
El poblamiento conocido más viejo en esta localidad se remonta hasta el Neolítico final o bien Eneolítico, habiéndose encontrado ciertos talleres de sílex como los de Estancos y Cabezo de la Vega. Sin embargo, el poblamiento más rebosante tuvo sitio en temporada ibérica —cuando esta zona estaba habitada por los sedetanos— como lo prueban el elevado número de emplazamientos, resaltando entre todos el del Cabezo de La Guarda. De la temporada romana asimismo hay esenciales yacimientos, como el existente al pie del mismo Cabezo de La Guarda.
A lo largo del dominio musulmán, Alcorisa formó una parte de la Marca Superior Musulmana, con centro en Zaragoza. Originalmente el ayuntamiento recibió el nombre de Alkol, del árabe Al-Kura, en referencia a «las alquerías». No está tan claro el origen de su actual topónimo, Alcorisa, si bien semeja derivar de «alcor», en referencia a los abundantes cerros de la zona. Tras la reconquista, la localidad formó una parte de una donación que hizo Alfonso II a la Orden de Calatrava (mil ciento setenta y nueve) y estaba incluida, en mil doscientos sesenta y tres, en el distrito de Alcañiz.
En la Edad Moderna 2 datas marcan la historia de Alcorisa: el catorce de marzo de mil seiscientos uno, cuando Felipe III entrega a la aldea de Alcorisa el título de «Villa Real», y el veintitres de mayo de mil setecientos treinta y ocho, al entregarle Felipe V el título de «Fiel y Muy Ilustre», así como la flor de lis, símbolo que ocupa uno de los cuarteles de su actual escudo. Esta última concesión premió la adhesión de Alcorisa a la causa borbónica a lo largo de la Guerra de Sucesión. Dicho apoyo estuvo dirigido por Don Pedro Cebrián Ballester, conocido como «El reyecico de Aragón», que organizó fuerzas populares para la lucha en favor de Felipe V.
El siglo XVIII trajo consigo una etapa de prosperidad para la villa, como testimonia una esencial actividad ceramista y un incremento de la población. Sin embargo, las Guerras Carlistas generaron grandes estragos en la localidad. En mayo de mil ochocientos treinta y cuatro, partidarios de Carlos María Isidro de Borbón a cargo de Quílez no pudieron penetrar en Alcorisa sino más bien a costa de un notable número de bajas; atacada de nuevo el veintinueve de junio de mil ochocientos treinta y seis, la población opuso tan tenaz resistencia, que no lograron rendirla, mas habiéndola incendiado, más de trescientos casas fueron quemadas, y muchas entregadas al hurto y al pillaje. Años después, Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de mil ochocientos cuarenta y cinco, describe a Alcorisa «en un plano al pie de 2 enormes masas de piedra de almendrilla… Cuenta cuatrocientos casas de mediana elevación y poco gusto en su arquitectura, de las que están arruinadas por efecto de la guerra civil cerca de ciento veinte… Sin embargo lo dicho, forman una vistosa población».
A lo largo de la Guerra Civil De España, los alcorisanos padecieron el efecto de 2 represiones: al paso que al comienzo de la guerra, milicias antifascistas libertarias se cobraron la vida de setenta y siete personas afectas al «bando nacional», la siguiente ocupación franquista de la población (diecisiete de marzo de mil novecientos treinta y ocho) acarreó una opresión de signo opuesto encabezada por el jefe de la Falange local.
A lo largo del siglo veinte, Alcorisa se transforma en un punto de comunicación que enlaza el Bajo Aragón con el sur de la provincia de Teruel. Las posibilidades económicas derivadas de la minería en la región, transformaron al ayuntamiento en un centro de servicios, lo que favoreció la transformación substancial de la economía y también impulsó el aumento demográfico.
Demografía
El censo de España de mil ochocientos cincuenta y siete registra una población de dos quinientos cincuenta y seis habitantes para Alcorisa. Perteneciente en esa temporada al partido judicial de Castellote, era la localidad más poblada del mismo. En dos mil catorce la población de la villa ascendía a tres cuatrocientos treinta y tres habitantes.
Gráfica de evolución demográfica de Alcorisa entre mil novecientos y dos mil catorce
Población en verdad (mil novecientos-mil novecientos noventa y uno) conforme los censos de población del Instituto Nacional de Estadística. Población de derecho (dos mil uno de ahora en adelante) conforme al padrón municipal del Instituto Nacional de Estadística.
Patrimonio arqueológico
Asimismo se puede visitar el yacimiento de Cabezo de la Guarda, emplazado sobre un pequeño cerro próximo a la confluencia de los ríos Alchozas y Guadalopillo. Los restos descubiertos corresponden a residencias y espacios de planta cuadrangular, como a un enorme torreón de planta circular; asimismo se preservan vestigios de un posible circuito protector. También, en los campos de tarea de su base se excavaron una parte de unas termas romanas. Los restos de la temporada ibérica datan de los siglos V-VI a. de C. y el siglo I d. C.; los restos de la ocupación romana en la base del cerro se han fechado en el siglo III d. de C.
Patrimonio histórico
La Iglesia parroquial, dedicada a la Virgen de la Asunción, fue construida en múltiples fases, empezando a edificarse a fines del siglo XIV. Mas su actual factoría es obra, esencialmente, de la ampliación que se comenzó en mil seiscientos ochenta y ocho. Es un edificio de 3 naves con capillas laterales y cabecera recta. El presbiterio, configurado como prolongación de la nave central, está cubierto con cúpula estrellada. Al exterior, la portada se ubica a los pies del templo; es barroca y seguramente es obra de canteros franceses. Sobresale la monumentalidad de su torre campanario —del siglo XVIII—, de reminiscencias mudéjares. El conjunto fue declarado Bien de Interés Cultural en dos mil dos.
La Iglesia de San Sebastián es un templo del siglo XVIII, de limpia y parca testera. En la actualidad acoge el Centro de Interpretación de la Semana Santa, el Museo de la escuela rural y el Centro de visitantes de la Senda de los Iberos —véase más abajo—. Otra iglesia, la de San Pascual, perteneciente a un viejo convento de alcantarinos y siguiente seminario, data asimismo de exactamente la misma temporada, estando inspirada en la Iglesia del Santurrón de Villarreal (Castellón).
Alcorisa tiene numerosas ermitas, como las de San Juan y San Bernabé. Angosta relación con la Semana Santa tiene la Ermita del Martirio, templo del siglo XVII que se levanta en la cota más alta del ayuntamiento. De arquitectura barroca, consta de una sola nave con 2 capillas laterales; la testera, el zócalo y las esquinas del edificio son de cantería, al tiempo que el resto es de ladrillo. Además de esto, el ambiente tiene un enorme interés paisajístico.
En lo que se refiere a arquitectura civil, como conjunto arquitectónico resalta la plaza porticada del Municipio, si bien de este únicamente se conserva la portada. A la izquierda de la Casa Consistorial se halla la casa de los Daudén, con el escudo más viejo de la población. La calle Mayor cruza una parte del casco viejo y en ella se ubica la Casa-palacio del Barón de la Linde, edificio de estilo popular aragonés, con arquerías en la parte superior y factoría de mampostería y ladrillo.
Alcorisa cuenta asimismo con una particular plaza de toros, construida entre colinas.
Patrimonio cultural
El Centro de visitantes de la Senda de los Iberos es un espacio museístico dedicado a la cultura ibera en donde se ha recreado un horno ibérico a tamaño natural con piezas cerámicas en su interior dispuestas para su cocción. También se expone una reproducción precisa del conocido kalathos (pieza de porcelana) de La Guarda.
Patrimonio natural
En las cercanías de Alcorisa se halla el cenagal de Gallipuén, encajonado entre acantilado y cañones, y lugar desde el que se pueden estimar interesantes vistas. Concluido en mil novecientos veintisiete, fue construido para el riego. Sin embargo, en él es posible bañarse, pescar o bien efectuar deportes acuáticos.
En exactamente la misma localidad se halla el jardín de rocas autóctonas «Geólogo Juan Paricio». Una muestra al aire libre de la geología de la zona, por medio de una selección de rocas y fósiles efectuada por el geólogo Luis Moliner Oliveros, con la cooperación del municipio y el geoparque del Maestrazgo. Pueden verse catorce rocas diferentes, de origen marino o bien continental, ciertas con fósiles, que representan la historia geológica de la zona desde hace doscientos diez millones de años, y los pertinentes paneles explicativos.