Banderas de Alcora
l’Alcora
Alcora
Localidad y Ayuntamiento de España
Bandera
Alcora
Localización de Alcora en España.
Alcora
Localización de Alcora en la provincia de Castellón.
País España
• Com. autónoma Comunidad Valenciana
• Provincia Castellón
• Región Alcalatén
• Partido judicial Castellón de la Plana
Localización 40°04?28?N 0°12?50?OCoordenadas: 40°04?28?N 0°12?50?O
• Altitud doscientos setenta y nueve msnm
• Distancias veintiuno km a Castellón de la Plana
noventa y dos km a Valencia
Superficie noventa y cuatro con noventa km²
Población diez quinientos noventa y uno hab. (dos mil quince)
• Densidad ciento doce con cuarenta y seis hab./km²
Gentilicio Alcorino, alcorina
Predom. ling. oficial Valenciano
Apartado de correos doce mil ciento diez
Regidor Víctor García Tomàs (Compromís)
Sitio www.lalcora.es
Alcora (oficialmente y en valenciano l’Alcora) es un ayuntamiento de la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la provincia de Castellón, en la región del Alcalatén y capital de exactamente la misma.
Geografía
Ubicada en un paisaje accidentado en la Sierra de Alcora y a riberas del río de su nombre.
Su tiempo es tiempo mediterráneo y seco con una temperatura media anual de dieciseis °C.
Desde Castellón de la Plana se accede a esta localidad por medio de la CV-dieciseis y más tarde la CV-ciento noventa.
Pedanías
En el término municipal de Alcora se hallan los próximos núcleos de población:
Araya.
La Foya.
Urbanización El Cenagal.
Localidades lindantes
Lucena del Cid, Figueroles, Costur, San Juan de Habitó, Castellón de la Plana, Onda, Borriol, Ribesalbes y Fanzara todas y cada una localidades de la provincia de Castellón.
Historia
A falta de una investigación y en profundidad de los restos arqueológicos del término municipal, hasta la data, la presencia humana más vieja se remonta a la Edad de Bronce, aunque se trata de restos poco significativos.
Es desde la cultura ibérica cuando Alcora presenta una relativa exuberancia de yacimientos, resaltando de entre ellos los poblados de Montmirà y el Tossal de les Foies.
La dominación romana dejó asimismo su huella en las partidas de Montmirà, la Pereta y, sobre todo en la de Santa, donde existen vestigios de un enorme asentamiento rural de temporada imperial al lado del Camí dels Bandejats, que unía la zona prelitoral con las tierras altas del interior y cuyo origen pre-romano semeja más que probado.
En la partida de Santa asimismo han sido halladas múltiples lápidas sepulcrales con apartado latino, hasta un total de ocho, ciertas ya citadas por el príncipe Pío de Saboya en el siglo XVIII. Asimismo en Santa han sido halladas en el dos mil cuatro las termas romanas.
Los vestigios de la presencia musulmana son parcialmente rebosantes. Destacaremos acá, por su peculiaridad y también relevancia, el castillo de Alcalatén, que da nombre a la región. Del mismo modo musulmán es el origen del topónimo – puesto que alcora significa alquería – y del núcleo de población de Alcora, en cuyo centro histórico se preservan ciertos elementos urbanísticos y arquitectónicos de indiscutible origen islámico.
El veinticuatro de julio de mil doscientos treinta y tres la fortaleza y territorios del Alcalatén son conquistados por las huestes de Ximén de Urrea.
El treinta y uno de diciembre de mil trescientos cinco se entrega Carta Puebla a Alcora. Por ella, D. Juan Ximénez de Urrea, quinto descendiente directo de Ximén de Urrea, da a poblar la «puebla de Alcora de Alcalatén», conforme fuero y costumbre de Aragón, a once caballeros y miembros de la nobleza con la condición de traer ciento diez pobladores más, y reservando una parte de las tierras para los moriscos que quisiesen continuar en la villa.
Desde la concesión de la Carta Puebla, la población va medrando en tamaño y población en menoscabo de la villa del castillo de Alcalatén.
En mil trescientos seis, Jaime II entrega privilegio a la «villa nostra de las Alcoras» para festejar mercado cada miércoles, tradición que aún el día de hoy se sostiene.
El treinta y uno de diciembre de mil trescientos treinta y seis Juan Ximénez de Urrea entrega mandas para el sostén y construcción de la iglesia de Alcora. Data de singular significación histórica para la región del Alcalatén es mil cuatrocientos dieciocho. Conforme Concordia firmada por los ayuntamientos de Lucena y Alcora, recuerda entre los dos el reparto de las tierras del castillo de Alcalatén y la destrucción de la fortaleza y poblado aledaño.
En mil setecientos veinticinco Don Buenaventura Pedro de Alcántara, noveno conde de Aranda, hereda el castillo de Alcalatén. Los Habitantes de Alcora, además de dedicarse a la agricultura, trabajan la arcilla en las alfarerías. El conde de Aranda, inteligente, gran observador de sus reinos, fija su atención en los veinticuatro hornos de jarros y alfares, situados en Alcora. Como la tierra era de tan buena calidad aprovechó estas circunstancias para crear la conocida porcelana de Alcora.
A fines del siglo XVIII, la villa recibe la visita de 2 insignes eruditos de la temporada. En mil setecientos ochenta y ocho es el príncipe Pío de Saboya, quien encuentra seis inscripciones sobre piedras de cronología romana. En mil setecientos noventa y dos el botánico Antonio José de Cavanilles, en su recorrido científico por España, llega a Alcora, hallándola en plena pujanza a consecuencia de la actividad ceramista que se iniciara en mil setecientos veintisiete («las factorías de loza y cerámica le han dado nueva vida»).
Entre mil ochocientos once y mil ochocientos trece a lo largo de la guerra de la Independencia, las tropas francesas asaltan la localidad y refrenan la resistencia contra su invasión. Tras la guerra de la independencia, en mil ochocientos dieciocho, el Duque de Híjar cede sus derechos señoriales a la Corona.
El veintiuno de marzo de mil ochocientos treinta y ocho, en el fortín de San Cristóbal, se encararon las tropas del general isabelino Borso di Carminati y del carlista Ramón Cabrera, quien logró sostener la situación, forzando a replegarse a las tropas de Borso di Carminati.
En mil ochocientos setenta y cuatro y mil ochocientos setenta y cinco, a lo largo de la tercera guerra carlista es escenario de nuevos combates. Los primordiales enfrentamientos tienen sitio en San Cristóbal y los montes alrededores los días catorce de junio de mil ochocientos setenta y cuatro y veintiseis de mayo de mil ochocientos setenta y cinco. Los dos supusieron derrotas para los carlistas, que se repliegan cara Lucena y Villahermosa.
Va a ser liberada por los ejércitos de los generales Chacón y Montenegro. Por su apoyo a la causa carlista, Alcora va a perder en mil ochocientos setenta y seis la capitalidad del partido judicial, pasando este honor a Lucena, que había continuado leal al gobierno constituido.
A lo largo de la Guerra Civil Alcora resaltó por las numerosas colectivizaciones que se hicieron en la villa. Del mismo modo que diferentes pueblos de la provincia, el movimiento anarcosindicalista tuvo una influencia notable. Fue impulsado desde los sindicatos Confederación Nacional de Trabajadores y Unión General de Trabajadores. El hecho más remarcable del movimiento ácrata en Alcora fue que llegó a reemplazarse el dinero por bonos. Esos bonos no formaban una moneda: no dejaban adquirir medios de producción, sino más bien únicamente recursos de consumo, y en cantidad limitada. Asimismo quemaron el fichero municipal.
Alcora es esencialmente agrícola hasta mil novecientos sesenta, y prácticamente únicamente industrial desde esta data. El desarrollo industrial, centrado en las en tantas ocasiones mentado «monocultivo del azulejo», tiene su origen histórico en la Real Factoría de Loza y Cerámica del Conde de Aranda, fundada en mil setecientos veintisiete. Aunque desde un comienzo la manufactura del conde fabrica azulejos, no deja de ser una producción escasa y de encargo. Va a ser a principios del siglo veinte cuando empiece el desarrollo del azulejo con carácter puramente industrial. La enorme crisis de mil novecientos treinta y uno actuará de forma inexorable sobre el campo cerámico: en mil novecientos treinta y seis únicamente quedaban tres de las nueve factorías catalogadas pocos años atrás.
Tras la guerra civil se reinicia poco a poco la actividad fabril, y únicamente desde los años sesenta del siglo pasado se generará la auténtica eclosión industrial.
Administración
Alcaldes desde las elecciones de mil novecientos setenta y nueve Legislatura Regidor, -esa Partido
mil novecientos setenta y nueve-mil novecientos ochenta y tres Eugenio Ponz Nomdedeu UCD
mil novecientos ochenta y tres-mil novecientos ochenta y siete Vicente Sanz Juan PSPV-Partido Socialista
mil novecientos ochenta y siete-mil novecientos noventa y uno Vicente Sanz Juan PSPV-Partido Socialista Obrero Español
mil novecientos noventa y uno-mil novecientos noventa y cinco Vicente Sanz Juan PSPV-Partido Socialista
mil novecientos noventa y cinco-mil novecientos noventa y nueve Francisco Javier Tomas Puchol Partido Popular
mil novecientos noventa y nueve-dos mil tres Francisco Javier Tomas Puchol Partido Popular
dos mil tres-dos mil siete Manuel J. Peris Salvador PSPV-Partido Socialista Obrero Español
dos mil siete-dos mil once Manuel J. Peris Salvador PSPV-Partido Socialista
dos mil once-dos mil quince Mª Mercedes Mallol Gil Partido Popular
dos mil quince- Víctor García Tomàs Compromís
Demografía
Evolución demográfica mil novecientos noventa mil novecientos noventa y dos mil novecientos noventa y cuatro mil novecientos noventa y seis mil novecientos noventa y ocho dos mil dos mil dos dos mil cuatro dos mil cinco dos mil siete dos mil doce
ocho.394 ocho.405 ocho.384 ocho.662 ocho.788 nueve.106 nueve.575 diez y ochenta y cuatro diez y doscientos noventa y siete diez y setecientos sesenta y cinco diez y ochocientos veintiuno
Economía
Es famosa por su porcelana. La factoría fue fundada en mil setecientos veintisiete por Buenaventura Pedro de Alcántara Jiménez de Urrea, noveno conde de Aranda, en tierras de su propiedad. Este noble, que había visitado las factorías francesas de porcelana de Marsella, Nevers y Moustiers, procuró aportar los procesos de fabricación europeos y renovar la tradicional manufactura de España en esta materia. Con la desaparición de la casa de Aranda, en mil setecientos noventa y ocho, la factoría entró en una etapa de decadencia.
Hoy en día, la industria azulejera de Alcora compite con la de otras localidades de la provincia. Hay una esencial industria socorrer y complementaria de esta actividad.
La agricultura (de secano) tiene menor interés, prevaleciendo el cultivo del almendro y el olivar. En sus almazaras se realiza un aceite de oliva de genial calidad.
Monumentos
Véase también: Anexo:Bienes de Relevancia Local de Alcora
Monumentos religiosos
Ermita de San Vicente. De mil quinientos noventa y ocho. Planta cuadrangular de una nave y crucero. Cubierta por cúpula de cañón y cépula sobre pechinas, tambor y linterna. Coro alto a los pies. En el presbiterio azulejos de la Factoría del Conde Aranda. Decoración yeserías dieciochescas, esgrafiados y amorcillos escayola, pinturas tipo académico valenciano. Curiosa sacristía apechinada, porches feriales.
Ermita de San Cristóbal. Siglo XVII. Torre cuadrada a los pies, lado epístola. Portada adintelada y rematada por un frontón ornamental. Planta de una nave cuadrangular y dividida en 5 tramos. Coro alto a los pies. Óculo de iluminación en testera. Interesante panorámica. Fortín carlista.
Suplicio. Ubicado cronológicamente en el siglo XVI o bien XVII, siendo precedente al Ermitorio, construido en mil seiscientos noventa y ocho. La ermita se rehabilitó en mil setecientos setenta y cuatro, ampliando y cerrando el circuito.
Iglesia parroquial. Efectuada en múltiples etapas edificantes con 2 testeras, una a los pies renovada en mil novecientos uno y la vieja testera renacentista, a la vera de la epístola con portada en forma de retablo conteniendo 3 hornacinas de concha. Cúpula de crucería estrellada y nervios de piedra. En las claves del ábside y cúpula, florones barrocos policromados y dorados.
Ermita fortificada del Salvador
Iglesia de la ciudad de San Francisco
Monumentos civiles
Poblado Ibérico de Montmirá. Se trata de un cerro de cima amesetada, en forma de quilla de navío invertida, absolutamente rodeado por escarpadas laderas, y al lado de un curso de agua de relativa relevancia en la antigüedad, como prueban los abundantes yacimientos localizados en sus riberas. El yacimiento ocupa toda la superficie de la cima del montículo. La existencia de restos arqueológicos en Montmirá es famosa desde poco tras la Guerra de mil novecientos treinta y seis-treinta y nueve. Mas no va a ser hasta mil novecientos noventa cuando se empieza el proyecto arqueológico hoy en día en marcha. Los más de doscientos diez m² excavados han tolerado documentar una parte del sistema protector del asentamiento (la muralla) y diferentes circuitos pertenecientes a la trama urbanística del poblado (habitaciones y residencias).
Castillo de Alcalatén. Fortaleza medieval, siglos X–XIII, planta triangular desperdigada, circuito primordial y rodeado por un camino de ronda, con aljibe y despoblado. Entrada por mediodía, con 2 torres circulares y cubos y muralla almenada tipo «barbacana».
Termas romanas de Santa’
Lugares de interés
Museo de la Porcelana de Alcora.
Camino de Abajo de la Villa
Iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción.
Iglesia de la ciudad de San Francisco.
Iglesia de El Martirio.
Ermita de San Cristóbal.
Castillo de Alcalatén
capilla y Portal de Marco.
Vestigios romanos de las termas de Santa.
La Torre.